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Existe realmente el labio ideal? Si realizamos esta pregunta a diferentes culturas o razas, o incluso a través de la historia, obtendríamos una respuesta muy diferente en cada una de ellas.

 

labios en diferentes culturas

Diferentes consideraciones de belleza labial en función de raza o cultura

 

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No cabe duda que el ser humano ha dado siempre singular importancia a esta región tal vez por su participación en el inicio de funciones como la alimentación y el sexo, ambas, fundamentales para la perpetuación del individuo y la especie.

Son órganos tan expresivos como los ojos, ya que son capaces de reflejar tanto el placer como el disgusto y no cabe duda que en nuestra cultura sean considerados como el órgano sensual por excelencia en el rostro.

Todas las culturas y momentos históricos han tenido su particular concepto de belleza labial que ha sido cambiante a lo largo del tiempo pero siempre unido al gusto erótico del momento.
¿Qué puede ser considerado como unos labios bellos? Según el sentido común, juzgamos bella una cosa bien proporcionada: Entre los factores subjetivos que más influyen en la belleza labial se incluye el gusto individual, las tendencias actuales de la moda y las preferencias raciales y culturales. Sin embargo, una idea permanece constante y es el concepto de equilibrio entre las formas y los rasgos de voluptuosidad característicos que define al labio como órgano sensual.

El concepto estético que ha permanecido constante a través de los tiempos, solo con pequeñas excepciones, ha sido el de labio carnoso y rojo. No en vano, el lápiz labial en su versión moderna, es el cosmético más vendido de la historia desde el momento de su invención en 1883 y fue precedido por productos varios: cremas, pigmentos sólidos, etc, que tenían como misión realzar el volumen y color de los labios

El ideal estético de las últimas décadas pasa por la boca pequeña y muy coloreada de los años 20, los labios gruesos y voluptuosos de los años 40, los finos y delineados de los años 70 hasta los excesivamente agrandados de los años 90. Actualmente parece que se vuelve a un ideal estético menos exuberante donde el labio, aún sin perder sus atributos de volumen, sensualidad y voluptuosidad, se correspondan estos a un equilibrio con los demás rasgos faciales.

El labio idealmente bello.
En general, partidarios o no de medir la belleza, todos los autores están de acuerdo en que la estética va asociada a la proporcionalidad y a la armonía, siendo esta, no la ausencia de contrastes, sino el equilibrio de las partes y de este modo es considerado lo desproporcionado como antiestético; o por decirlo de otro modo, los rasgos faciales desproporcionados y asimétricos son considerados antiestéticos; mientras que los proporcionados son aceptables, aunque no siempre bellos.

Enfatizando en la idea de que no existen valores absolutos sino proporciones, y que estas dependerán de edad, sexo, raza y momento histórico, a modo simplemente orientativo y nunca con criterios rígidos puede admitirse que actualmente el labio considerado como bello o ideal, amén de presentar diferentes patrones morfológicos, presenta características de sensualidad, es carnoso, definido y coloreado y enmarcan unos dientes robustos y alineados.

Los labios deben ser evaluados en su movimiento (hablar, sonreír) y en posición relajada, idealmente cerrados en forma pasiva sin contracción de la musculatura mentoniana y recordando que su apariencia se determina por la relación de su estructura con los dientes y por su función durante la mímica del habla.
Encontraremos entonces (y siempre vistas bajo el prisma de lo relativo), alteraciones en:
– la forma
– el volumen
– la simetría

La excesiva protrusión labial se acepta bien si la nariz y el mentón son largos y se prefiere una prominencia inter-labial más aguda (labios más prominentes) en las mujeres que en los hombres .

Se prefiere de tal forma, que el labio superior sea de menor volumen que el inferior en los varones. En mujeres, sin embargo, esto puede ser válido así como igualdad de volúmenes en ambos labios. Lo que no es aceptado en general, es que el volumen del labio superior sea mayor que el del labio inferior.

Existen otros parámetros como los ángulos que forman los labios con la nariz y con el mentón, que deben tenerse en cuenta por el profesional de la estética a la hora de definir un labio como bello, ya que indudablemente el marco en que estos se encuentran pueden aportar o restar puntos en la escala de la belleza labial.

Es por esto que el tratamiento de escultura labial no se reduce a una simple aportación de material voluminizante, sino que debe tratar en conjunto toda el área perilabial para conseguir un resultado óptimo de acuerdo al objetivo que se persigue y que es embellecer el labio.

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