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El escote siempre ha sido uno de los elementos de atracción de la figura femenina, por aquello tal vez de que establece el límite entre la belleza permitida y la escondida. Es decir, entre la cara y el pecho.

Sin embargo, muchas mujeres no le otorgan el debido cuidado así como se lo proporcionan a la cara y con el tiempo, esta zona se va deteriorando a un ritmo muy superior a lo deseado.

La piel del escote es una de las primeras en manifestar los signos del envejecimiento. Frágil y vulnerable, acusa tal vez demasiado pronto el exceso de sol y la sobrecarga de la piel de la zona, provocada por el propio peso del pecho en las diferentes posturas: de pie y acostada de lado. La piel del escote es mucho más fina y delicada que la de otras zonas del cuerpo, y presenta unas características histológicas y anatómicas que favorecen la aparición de los signos del envejecimiento.

Por ejemplo, su posición, hace que reciba la incidencia de los rayos solares mas perpendicularmente que la cara de modo que la dosis de exposición solar, sea mucho mayor en esta zona.
Es pobre en glándulas sebáceas, lo que hace que se deshidrate con mas rapidez e intensidad, y además, presenta menor capacidad de regeneración celular que la propia cara. La menor presencia de melanocitos, contribuye también a la menor protección de la radiación ultravioleta.

Visto todo esto, concluimos que el mejor tratamiento para el envejecimiento del escote, sería la prevención de sus daños antes que estos aparezcan.

Aquí incluiríamos.
– una correcta hidratación diaria desde la juventud.
– limitar la exposición solar
– Utilizar una protección solar incluso más alta que en la cara.
– Utilizar una correcta sujeción para evitar los desplazamientos (a la hora de hacer deporte, dormir, etc.)

Las principales lesiones estéticas

Fundamentalmente vamos a encontrar:
– Adelgazamiento y pérdida de elasticidad
– Deshidratación.
– Presencia de arrugas verticales finas
– Dilatación de capilares
– Hiperpigmentaciones seniles
– Pronunciamiento del espacio intermamario.

El tratamiento

Una vez que los efectos del paso del tiempo han hecho su aparición, se impone entonces los tratamientos correctivos. No es una zona donde se puedan esperar respuestas espectaculares, sin embargo responde bien a los tratamientos con la obtención de una mejoría aceptable.
La disminución en la producción de colágeno y la mala calidad de este, es un factor primordial en el adelgazamiento y la aparición de las arrugas. Esto puede mejorarse con la aplicación de sustancias inductoras de la producción de colágeno como el ácido poliláctico, seguida en 10 o 15 días de la aplicación de radiofrecuencia, lo cual favorece nueva inducción y contribuye a la remodelación de dichas fibras de colágeno.

El tratamiento inmediato de la arruga, continúa siendo la aplicación de ácido hialurónico como factor mecánico de adquisición de volumen. El ácido hialurónico no reticulado, también puede utilizarse en sesiones seriadas para la mejoría de la hidratación.

La mesoterapia con factores de crecimiento, vitaminas y ácido hialurónico, constituye un pilar fundamental sobre el que jira cualquier otro tratamiento, con el fin de aportar vitalidad a la piel foto y crono envejecida.

La presencia de manchas y lesiones vasculares se trata adecuadamente mediante tecnología IPL que además induce también la producción de colágeno.

No obstante, qué duda cabe que el mejor tratamiento es el que mejor se adapta a cada paciente. En Clínica Císem por eso personalizamos cada tratamiento adaptando un plan de los mismos combinándolos, con el fin de poder abarcar si no todas, al menos la mayoría de las alteraciones estéticas de cada paciente.

Es una labor de constancia, pero que es satisfactorio ver como escotes muy deteriorados, llegan a alcanzar situaciones de bastante mejoría estando más acorde con el rostro que llevan encima.
En Clínica Císem, no obstante, decimos que “la cara termina en el pecho”. Esto es: todo tratamiento facial (mesoterapia, peeling, etc.) se prolonga hasta el nacimiento del pecho de modo que el escote recibe, al menos en la clínica, los mismos cuidados que la cara.

Insistimos luego sobre la importancia de los cuidados domiciliarios, pues como decíamos anteriormente: El mejor tratamiento es la prevención

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