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Los ultrasonidos son una técnica bastante conocida en medicina y con múltiples aplicaciones terapéuticas en el campo de la rehabilitación, patologías reumáticas, litotricia de cálculos renales, y en el campo del diagnóstico son la base de las ecografías.

Cada vez se demandan técnicas medico estéticas que obtengan el máximo de resultados con la mínima invasividad.

En ocasiones, aún no podemos sustituir a las técnicas quirúrgicas al cien por cien, como es el caso de la remodelación corporal, donde la liposucción sigue siendo la técnica más indicada para grandes volúmenes, pero si contamos con alternativas menos invasivas cuando el caso no es lo suficientemente grave.

En los casos de remodelación corporal, la alternativa más eficaz es la aplicación de ultrasonidos en lo que se ha llegado a denominar como CAVITACIÓN o ULTRACAVITACIÓN.

 

El fundamento terapéutico del funcionamiento de los ultrasonidos es la aplicación de un haz de ondas acústicas de alta frecuencia (no audible) y alta energía (HIFU), con el objeto de producir calor y vibración de la materia donde hayan sido aplicados. La propagación y la producción de dichos efectos, varía ampliamente en función del tipo de tejido y la presencia y cantidad de agua en el mismo (densidad).

El efecto de cavitación.

La sonorización produce en el tejido una serie de presiones y descompresiones con un movimiento oscilatorio. Con dosis superiores a 1 Watio/cm2, la oscilación causada por las ondas de choque provoca en el tejido la formación de burbujas que mantenidas el tiempo adecuado llegan a converger ocasionando la ruptura de estructuras celulares.

Este fenómeno es el que ha sido aprovechado para el tratamiento de adiposidades localizadas mediante la ruptura continua y progresiva de células grasas

La ruptura mecánica de la grasa se lleva a cabo mediante la vibración provocada por el choque de la onda sonora del ultrasonido, de modo que se van provocando cavidades cada vez mayores en el espesor del tejido graso

El efecto térmico resultante por la vibración de las partículas en el espesor del tejido, favorece por un lado la ruptura del adipocito y por otro lado provoca un efecto beneficioso sobre la piel activando la producción de colágeno (similar a otras técnicas de inducción térmica)

Los resultados son observados ya desde las primeras sesiones, logrando una importante reducción del perímetro y sobretodo la eliminación progresiva de acúmulos adiposos.

Se trata pues, de una técnica de electromedicina que ha encontrado un lugar importante en el tratamiento de remodelación corporal como alternativa no quirúrgica en aquellos casos donde se encuentre debidamente indicado.

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