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Las manos al igual que el rostro, son una de las partes del cuerpo que mayor tiempo mantenemos expuestas a la radiación ultravioleta y esto hace que envejezcan de forma más precoz. Son unos de los termómetros externos del envejecimiento. Las manchas, las arrugas, son los inestetismos se ven más ya que esta parte no se maquilla. Las manos son nuestra carta de presentación y quizás una de las zonas que menos cuidamos.

El envejecimiento de las manos se caracteriza por atrofia de los tejidos blandos, dando ese aspecto de manos delgadas con los huesos marcados, pérdida de elasticidad de la piel, reducción de la densidad de tejido, aparición de arrugas y manchas tanto solares como seniles.
Como en el resto de la piel, en el envejecimiento hay una pérdida de ácido hialurónico junto con una disminución y pérdida de calidad de las fibras de colágeno y elastina, por lo que, si queremos tener unas manos bonitas, debemos de recuperar la hidratación, restaurar la cantidad de fibras de colágeno y elastina y restaurar los volúmenes perdidos.

HIDRATACIÓN

Lo primero mantengamos la piel de las manos bien hidratada, sobre todo cuidándola más en invierno ya que la deshidratación se acentúa más en esta época del año.

La piel de las manos es más fina porque tiene poco tejido adiposo, además en el dorso hay pocas glándulas sudoríparas y sebáceas, responsables estas de mantener la capa grasa de la piel que ayuda a retener agua; es por esto que están menos protegidas que otras partes del cuerpo.

Los detergentes, tanto domésticos (lavavajillas, limpiacristales…) como cosméticos (jabón de manos, el gel de ducha) son unas de las principales causas del deterioro de la piel de las manos. Esto es porque se altera todo el manto lipídico de la piel y un grupo de sustancias llamadas “factor humectante natural”. Otros agentes que estropean las manos son el sol (aparición de manchas solares), el frío, el uso excesivo del agua: el lavado excesivo de manos junto con el hecho de no secarlas bien hacen que se provoque deshidratación de la piel.

Para contrarrestar esta deshidratación podemos encontrar consejos tan sencillos como:
– Lavarse las manos con agua tibia, aunque en invierno apetezca agua calentita ya que esta daña la capa hidrolipídica de la piel.
– Uso de cremas de manos: Se pueden usar a demanda, pero nos debemos de asegurar que estén indicadas para este uso. Convienen las ricas en aceites y ceras vegetales por su capacidad aislante, urea por su poder hidratante y componentes regenerantes como el bepantenol y ácido hialurónico.

Se pueden usar tantas veces como haga falta, en especial después de lavar las manos y por la noche antes de irse a la cama.

Es mejor secarnos las manos con toalla que con chorros de aire de los secamanos eléctricos

Hay multitud de remedios caseros para mantener las manos nutridas e hidratadas. Por ejemplo mezclar azúcar (1/2 cucharada) con aceite de oliva (una cucharada) que nos permite realizar una exfoliación suave aportando la nutrición por parte del aceite; la mezcla se extiende por el dorso y se masajea en forma circular durante 10 minutos, se retira con agua tibia y posteriormente se realiza lo mismo en la otra mano. Este remedio es muy indicado para el invierno y para todas aquellas personas que tengan que trabajar con productos químicos abrasivos.

Miel (una cucharada) con el zumo de una naranja; se mezclan hasta conseguir una masa homogénea y es entonces cuando se aplica en las manos. Se deja actuar durante 15 minutos y se enjuaga con agua tibia secándose con una toalla de algodón. Para conseguir más suavidad se puede colocar una crema hidratante especial para manos.

Cuando hay grietas en las manos o están demasiado resecas se puede usar la mezcla de aguacate junto con dos cucharadas de miel; esta pasta se dejará unos minutos y luego se enjuaga con agua tibia.

Baño de aceite: Se calienta medio vaso de aceite de oliva o de almendras hasta que esté tibio, después se añade el zumo de medio limón y una cucharadita de miel. Una vez bien mezclado todos los ingredientes se vierte en un bol grande y se introducen las manos durante 10 min. Se aclara con agua fría.

Todos estos remedios caseros se pueden repetir una vez por semana.

Una parte importante del mantenimiento de la hidratación de las manos es el uso de guantes para realizar cualquier tarea en la que vayamos a usar productos abrasivos, como los usados en la limpieza, así como cuando salimos a la calle protegernos del frío con guantes de lana o algodón.
Para mantener una hidratación profunda y buen estado de la piel lo aconsejable es realizar tratamientos con mesoterapia o micropunción a base de fórmulas que contengan ácido hialurónico, péptidos miméticos de factores de crecimiento, vitaminas y aminoácidos. Así conseguiremos reparar esa dermis dañada y dar un aspecto más turgente a las manos.

MANOS CANSADAS O ENTUMECIDAS

Muchas veces, después de un día de distintas actividades realizadas con nuestras manos, sentimos las manos entumecidas, como cansadas e hinchadas. En las manos se acumulan muchas tensiones ,un buen masaje de manos nos aliviará esta tensión.

En las manos hay muchas terminaciones nerviosas, por lo que masajearlas aumentará nuestra sensación de bienestar. Un masaje de manos puede ayudarnos a descargar todo el estrés acumulado durante el día, nos aporta beneficios relajantes tan necesarios. Por otro lado es eficaz para favorecer la circulación ayudando a que los dedos se deshinchen e incluso mitigar el dolor; al mismo tiempo se favorecen los movimientos de las articulaciones y los músculos locales por lo que se mejorará la movilidad articular.

Añadiendo a la crema de manos habitual una gota de aceite esencial de ciprés o romero se activará la circulación. La forma de aplicación es realizando un masaje desde los dedos hacia la muñeca para favorecer el retorno circulatorio de la mano.

MANCHAS EN LAS MANOS

Son muy comunes en las manos dado que es una zona muy expuesta a todas las agresiones externas, tal como el sol. Pero las manos están también en contacto con todo tipo de sustancias y algunas de ellas pueden favorecer el desarrollo de manchas, sobre todo si esta se expone al sol de forma inmediata; esto ocurre por ejemplo sustancias como el limón, la naranja, algunos perfumes o el aceite de árbol de té.

Las causas más frecuentes son el propio envejecimiento y la exposición solar, ambas con efecto sumatorio.

Según vamos cumpliendo años las células de la piel van empeorando en su funcionamiento, en concreto los melanocitos (células que se encargan de fabricar la melanina) acumulan el pigmento de forma irregular, y este acúmulo es lo que provoca la mancha. También existen otro tipo de manchas de color marrón provocadas por otro pigmento, la lipofuscina, que son debidas al acúmulo de sustancias metabólicas dentro de la célula por mal funcionamiento; estas son las que antiguamente se llamaban “manchas de hígado”, aunque no tenga nada que ver con el funcionamiento de este órgano.

El sol es segundo responsable de las manchas en las manos. Estas pueden aparecer de forma rápida por exposición al sol durante periodos cortos cuando las radiaciones UV son más intensas, o bien de forma más tardía cuando las exposiciones han sido más largas y hay dosis acumulativa de radiación, no se nos olvide que la piel tiene memoria. En ambas situaciones hay un aumento de la producción de melanina.

Pero además de la exposición solar hay otras factores que van a influir en la aparición de estas manchas como es el predisposición genética y la toma de algunos medicamentos como por ejemplo los anticonceptivos.

Como forma de prevención es importante el uso de protección solar diaria en las manos, incluso en los días nublados donde los índices de radiación UV pueden incluso estar más altos que un día soleado.
Como tratamiento para mitigar las manchas hay que atacar en dos frentes: por una parte aclarar el tono y por otra frenar la formación de melanina para evitar que las manchas existentes se oscurezcan más y prevenir la aparición de otras. Para esto se requiere la sinergia de dos productos: el fotoprotector y las cremas despigmentantes. Dúo básico incluso cuando se hace un tratamiento despigmentante médico-estético, ya que se consiguen resultados más precoces y satisfactorios. Pero no se nos debe de olvidar que debemos de seguirlas usando para evitar los posibles rebrotes de algunas manchas.

Hay que elegir bien una crema despigmentante. Las más eficaces son las que llevan en su fórmula productos despigmentantes (arbutina, extracto de regaliz ácido kójico, vitamina C. , entre otras) y sustancias antioxidantes. Las cremas que contienen hidroquinona han de ser recetadas y controladas por un médico, además su uso se desaconseja en verano.

Dentro de los tratamientos médico-estéticos para este problema tenemos dos importantes armas: la exfoliación química y los tratamientos con láser/IPL.

Para la exfolación química o peeling despigmentante usaremos hidroxiácidos específicos para manchas considerados peelings superficiales-medios en función de la concentración de los ácidos, el ácido tricloroacético (TCA) considerado medio-profundo y el fenol considerado peeling profundo el que solo se podrá una mínima cantidad a forma de “toque” en cada una de las manchas más grandes. Lo deseable es que se realice un pelado del dorso de la mano más o menos intenso según las sustancias elegidas para la realización del peeling; en el caso del fenol se forma una pequeña costra sobre la mancha que se cae a los pocos días. Evidentemente, si la protección siempre es importante, con la realización de estos tratamientos aún lo es más.

Los tratamientos de láser se aplican en manchas localizadas, en este caso también se formará una costra que se caerá en días posteriores. Si optamos por el IPL tendremos la ventaja que al mismo tiempo se consigue estimular el colágeno en dermis y rejuvenecer la piel tratada.

MANOS HUESUDAS

El dorso de las manos con los años, a parte de la deshidratación y la pérdida de colágeno, se produce una atrofia de la grasa y del tejido celular subcutáneo dejando más visibles los tendones, las estructuras óseas y las venas, dando ese aspecto de “manos huesudas”. Es importante recuperar los volúmenes perdidos para evitar este efecto del envejecimiento (la esqueletización)
En este caso las cremas tienen poco efecto, pueden retener agua y atenuar muy levemente el relieve, pero no van a devolver el volumen perdido. Lo aconsejable es realizar técnicas medico-estéticas.

Para recuperar ese volumen perdido se utilizan materiales de relleno voluminizadores, como por ejemplo con ácido hialurónico; con esto conseguimos nivelar las depresiones y homogeneizar el dorso de la mano. Estas infiltraciones duran aproximadamente 12-18 meses en función del estado de deshidratación dérmica que se tenga.

Otra técnica menos habitual pero algo más eficaz y definitiva es el lipofilling. Consiste en obtener de grasa de cualquier zona del cuerpo mediante una pequeña liposucción, esta se procesa mediante ultracentrifugación para obtener grasa lo más limpia y pura posible desechando la parte que no nos interesa para el injerto. Con una cantidad de aproximadamente 25 ml. suele ser suficiente para las manos. Después de realizar la infiltración de grasa es de esperar cierto edema durante los primeros 15 días. Es importante evitar los masajes en la zona para evitar el desplazamiento y la reabsorción de la grasa. En un mes los resultados serán visibles.

La combinación de distintos tratamientos harán ver a nuestras manos más jóvenes, bonitas y elegantes.

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