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Cara y cuelloTratamientos faciales

Después del sol: reparar la piel

By 25 agosto, 2013Sin comentarios
Por mucho que nos hallamos protegido, el sol, el calor, la sal y el cloro han agredido a nuestra piel tras los meses de verano produciendo en ella signos de sequedad, descamaciones, irritaciones y manchas. Es el momento de repararla.

 

Ya sabemos los efectos de la radiación ultravioleta sobre la piel, y los efectos indeseados que su exceso causan sobre ella, pero también el calor al que probablemente hemos sometido a nuestra piel actúa de agente nocivo deshidratándola básicamente por evaporación.

La misma radiación ultravioleta, es la encargada de estimular la producción de melanina que no siempre ocurre de manera uniforme ya que pequeñas quemaduras solares, o el uso de fármacos y productos fotosensibilizantes (medicamentos, perfumes, etc.) provocan la aparición de excesos pigmentarios puntuales en forma de manchas casi siempre en la cara, escote, brazos o piernas, es decir, allí donde ha habido mayor exposición al sol.

Por otro lado, el cloro y la sal son dos potentes desecantes que afectan el manto ácido de la piel favoreciendo la aparición de irritaciones y dermatitis inespecíficas que se manifiestan en forma de picores y descamaciones.

La reparación
El proceso de reparación se basa en dos pilares fundamentales:

Por un lado realizar exfoliaciones muy suaves, que no provoquen eritema (enrojecimiento) ni descamación ya que aún en esta época del año, estamos expuestos aunque no tan severamente a una alta intensidad lumínica por parte del sol.

Tras ello, aportaremos a la piel un “tratamiento de choque” a base de productos hidratantes y nutrientes como son el ácido hialurónico, vitaminas e incluso si fuera necesario, péptidos miméticos de factores de crecimiento.

Esto se hace con la técnica clásica de mesoterapia facial, y en pocas sesiones se observa una reparación del estado de la piel adquiriendo externamente mayor luminosidad y tersura, pero lo más importante es la reparación histológica de los tejidos cutáneos (dermis y epidermis) de modo que se evite el envejecimiento prematuro de los mismos.

Cuidados domiciliarios

Debe extremarse el uso de productos hidratantes reparadores. Existen en el mercado un amplio abanico de ellos con activos tales como la centella asiática, aloe vera, camomila, té verde, rosa de mosqueta, etc. que cumplen esta múltiple función de hidratar, reparar y calmar las molestias ocasionadas por el exceso solar

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