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Los tratamientos de belleza de las manos, ocupan injustamente un último lugar tras los faciales y corporales, en la lista de tratamientos mas solicitados en las consultas de medicina estética.

Los tratamientos médico estéticos se han desarrollado y perfeccionado hasta el punto en que a actualmente, aquellos pacientes que son adecuadamente tratados, no revelan en su cara la crudeza del envejecimiento, sin embargo su edad puede ser revelada en forma dramática por el aspecto de las manos.

No deja de ser una paradoja que siendo las manos la zona no cubierta por el vestido más visible del cuerpo después de la cara, y una de nuestras primeras áreas de relación social: con ellas trabajamos, comemos, saludamos, tocamos y son nuestro primer órgano de contacto sexual, hayan tenido tan poca importancia a la hora de los tratamientos estéticos.

En varones, ni siquiera el uso de productos emolientes ha sido usual aún incluso en personal sometido a l uso frecuente de productos irritantes.

La acción del sol, ni siquiera se había considerado en esta parte del cuerpo, encontrándose en las últimas décadas, con personas que aún concientizadas del uso de protección solar, utilizaban está en la cara pero no en las manos siendo esta área una zona tan expuesta o más que la cara.

Envejecimiento de las manos
La exposición crónica a la radiación solar es la principal causa ambiental de envejecimiento de la piel y es la responsable de la formación de arrugas, de la disminución de la capacidad de la piel para mantenerse hidratada, de la aparición de cambios pigmentarios y de la pérdida de la elasticidad y tono; de ahí que, las áreas expuestas al sol como la piel de la cara y las manos, presenten características de fotoenvejecimiento mucho más severas que las áreas no expuestas.

Al igual que la cara, las manos reflejan los cambios intrínsecos del envejecimiento, a los cuales añadimos los extrínsecos propios de la exposición solar y a factores físicos y químicos a lo largo de la vida del individuo.Los cambios intrínsecos incluyen una serie de atrofias de todos los componentes: grasa, dermis y músculos, y deformación del propio esqueleto de la mano. Esto hace que ocurra una alteración de la forma con visualización de los relieves óseos y un resalte de estructuras como venas y tendones.

Los signos del envejecimiento extrínseco incluyen queratosis actínica, lentigos solares, hipopigmentaciones, y púrpura solar.Es decir, toda una serie de alteraciones en la pigmentación que en algunos casos van mas allá de ser una simple mancha.

Cuidados y tratamiento.
Cualquier intento de tratamiento tiene que pasar por la atenuación de las manchas, mejoría de la calidad de la piel y reposición de volúmenes.

Prácticamente y con algunas variaciones, no hay mucha diferencia con los tratamientos que con este objetivo se realizan en la cara: abrasiones químicas o físicas (peelings), IPL, injertos grasos o implantes subcutáneos de diferentes materiales biocompatibles (ácido hialurónico, hidroxiapatita cálcica, etc.).Estas sustancias de relleno, aportan volumen al dorso de la piel y sirven de “camuflaje” a las venas y tendones que se hacen relativamente cada vez mas prominentes.

También, y al igual que en la cara, pueden aplicarse microinyecciones seriadas de sustancias que aumenten el tono y estimulen la producción de colágeno y elastina.

Son fundamentales los cuidados preventivos, que pasan como decíamos, por la adecuada hidratación y la protección solar.

Desde el punto de vista preventivo, al ser las manos una parte del cuerpo continuamente expuestas a sustancias químicas en el entorno laboral e incluso doméstico, es fundamenta la aplicación de lociones hidratantes y emolientes que debe hacerse con asiduidad y a ser posible, incluso antes del sometimiento a estos agentes.

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