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Cirugía estética

Tratamientos estéticos y conflictos personales

En más de una ocasión aparece por la consulta de medicina y cirugía estética una persona de mediana edad, hombre o mujer, más frecuentemente este último caso, requiriendo tratamientos drásticos para zonas por las que aparentemente nunca antes se había preocupado.

Ahondando en su historia, encontramos muy frecuentemente casos de rupturas sentimentales y /o matrimoniales como causa desencadenante de esta decisión.

– Se ha ido con uno o una más joven que yo!. Exclamarían si tuvieran la suficiente confianza (luego lo reconocen), y en el fondo lo que ocurre es que de repente nos estamos viendo con todos los defectos físicos del envejecimiento al reflejarnos en el espejo del rival.

El realizar estos tratamientos (aumento de pecho, liposucciones, lifting, etc.), es tentar a la suerte al cincuenta por ciento.

Puede salir muy bien, es el caso de : _¡al fin puedo hacer lo que me dé la gana!, sin nadie que me lo impida, o puede salir muy mal: con pecho mas grande, con menos grasa o mas estirada o estirado, pero tu ex no va a volver. Tal vez no era solo imagen lo que le atrajo de la otra persona.

En estos casos, el paciente añade a sus problemas uno nuevo, la frustración de que tras pasar por quirófano, esto no ha servido de nada. Y entonces todo son problemas:

– «Pues vaya cicatriz», – «Pues cuanto duele esto», – «si lo sé no me opero», y al final, – «pues no era esto lo que me preocupaba, ahora tengo la cara más estirada, sí, pero si agacho la cabeza y giro el cuello hacia la derecha al tiempo que elevo la comisura izquierda, si me ve con el espejo de 50 aumentos, me sigo viendo una arruga al lado de la boca».

Los tratamientos estéticos si bien al mejorar la imagen consiguen aumentar la autoestima, ayudan gracias a esto a afrontar mejor los problemas personales, pero no los resuelven, y no deberían tomarse como primera opción en la resolución de dichos problemas.

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