Si vas a someterte , o acaban de practicarte una, es necesario que sepas que la alimentación después de una cirugía juega un papel importante en la recuperación del organismo ante el trauma producido por dicha cirugía.
En efecto, es importante que te alimentes de la forma correcta después de una operación, sobre todo si esta ha sido invasiva. No es lo mismo hacer un lifting facial que, dentro de los procesos quirúrgicos, está considerado poco invasivo, que una abdominoplastia o una reconstrucción mamaria, los cuales infieren una mayor agresividad en el cuerpo.
¿Cómo incide la alimentación en la recuperación del organismo?
- Acelera el proceso de cicatrización de la herida.
- Disminuye las posibilidades de complicaciones posoperatorias.
- Acelera la regeneración de los glóbulos rojos perdidos durante la intervención.
- Aporta las defensas necesarias para que el sistema inmunológico esté fuerte.
- Repara la piel, los vasos sanguíneos y cualquier otro tejido de forma más efectiva.
- Te proporciona energía con lo que te sentirás mejor física y psicológicamente.
Existen algunos alimentos que están más vinculados que otros en el proceso de cicatrización por los nutrientes que contienen, especialmente cuando se habla de vitaminas del grupo B, Vitaminas C y K, zinc, entre otros.
Si en la alimentación diaria es fundamental consumir frutas y verduras, después de someterte a una cirugía, el consumo cobra todavía más relevancia. Pero, en concreto, hay ciertos alimentos que te ayudarán a acelerar tu proceso de recuperación porque te aportarán un extra de vitaminas y minerales muy necesarios durante la convalecencia.
- Vitamina A. Los alimentos ricos en vitamina A te ayudan a cicatrizar mejor, favorecen la formación epitelial (de tejidos) y, además, estimulan tu sistema inmunológico. Las verduras de hojas verdes son muy ricas en vitamina A, en concreto la lechuga, la col rizada y las espinacas. El color naranja también es símbolo de vitamina A: la calabaza, la zanahoria, el melón, los albaricoques, la papaya o el mango contienen grandes cantidades de esta vitamina.
- Vitamina C. Después de una operación es fundamental tener las defensas del cuerpo en plena forma, así que te aconsejamos consumir alimentos ricos en vitamina C. Pero además, la vitamina C promueve la formación de colágeno y es antioxidante, factores que inciden en la regeneración y mantenimiento de los tejidos, acelerando los procesos de cicatrización. Puedes encontrar grandes cantidades de vitamina C en alimentos como las frutas cítricas, los pimientos, los tomates, las fresas, los frutos rojos o las verduras de hojas verde oscuro, y también en las espinacas, coliflor, zanahoria, y patatas entre otros.
- Hierro. El consumo de hierro es imprescindible después de una operación, ya que, durante la intervención, se pierde mucha sangre. El hierro interviene en la formación de glóbulos rojos y para ello necesitas consumir moluscos (almejas, mejillones, etc.), pescado azul, hígado, carne de ternera, huevos, legumbres, espinacas o frutos secos.
- Zinc. El zinc es un mineral que ayuda a fortalecer el sistema inmune, además interviene en el proceso de cicatrización porque sintetiza las proteínas y contribuye al crecimiento celular. Por eso es recomendable que consumas alimentos ricos en zinc como moluscos, semillas de calabaza, almendras, avellanas, hígado, champiñones, carne de ternera o el delicioso chocolate (cuanto más porcentaje de cacao puro tenga, mejor).
La vitamina K, ha demostrado que ayuda a evitar las hemorragias que podrían provocar hematomas, los cuales podrían inhibir el proceso de cicatrización y favorecer la infección o abertura de la herida. La vitamina K la podemos encontrar en los vegetales de hoja verde oscuro, hígado, aceites vegetales, tomate, alfalfa y cereales integrales.
Las vitaminas del grupo B, B1 (tiamina), la vitamina B5 (ácido pantoténico) han demostrado ser un factor importante en el proceso de cicatrización de heridas por participar en los procesos de crecimiento y desarrollo de células y tejidos. Se pueden encontrar en alimentos como las carnes, el hígado, la coliflor, en cereales integrales y las legumbres.
El zinc es un oligoelemento que ayuda a combatir las infecciones y acelera la curación de heridas. Se puede encontrar en la carne roja, los moluscos, frutos secos, lácteos, legumbres, levadura de cerveza y huevos.
Consumo de proteínas y fibra
Las proteínas y la fibra son indispensables para recuperarse , y forman parte esencial de una buena alimentación después de la cirugía.
La fibra facilita los procesos digestivos y evita el estreñimiento, un efecto secundario que es bastante frecuente tras una intervención. Las frutas y verduras son muy ricas en fibra, como ya sabrás, pero también debes consumir cereales integrales bajo la forma que quieras: pan integral, copos, salvado, semillas, etc. Lo importante es que los cereales que consumas sean siempre integrales y no refinados.
Las proteínas también son fundamentales durante la convalecencia. La cirugía daña los tejidos del cuerpo y estos necesitan ser reparados con la ayuda de las proteínas que consumimos en nuestra dieta. Las carnes magras (como el cerdo o el pollo), el pescado, el marisco, los frutos secos, los huevos o las legumbres son los más indicados para conseguir las cantidades que necesitas.
Consumo de líquidos
Hidratarse correctamente es fundamental para gozar de buena salud pero, después de un proceso quirúrgico, es aún mucho más importante. La cantidad recomendada para beber es de unos dos litros de agua al día.
El agua te ayudará a eliminar fácilmente, a través del riñón y los intestinos, todas las impurezas generadas durante el proceso quirúrgico (medicinas, anestesia, etc.). También te ayudará a estabilizar el metabolismo y evitar el cansancio. Pero lo más importante es que, con una correcta hidratación, se reducirá el dolor de tus articulaciones y el proceso de cicatrización será mucho mejor.
Si notas un poco de cansancio, también puedes ingerir alguna bebida isotónica que te ayude a reponer minerales, siempre y cuando no las tomes en exceso. Los zumos de frutas y hortalizas naturales también son una opción fantástica para recuperarte tras una cirugía porque, además de hidratarte, te aportarán un extra de vitaminas y minerales. Por el contrario, es mejor que evites el café, las bebidas gaseosas, azucaradas y el alcohol.
Evitar las grasas
Después de una cirugía no es frecuente tener mucho apetito. El consumo de grasa, además de hacerte ganar más peso, puede provocar que tus digestiones sean más pesadas. Por tanto, es recomendable evitar alimentos procesados, frituras, bollería, etc. que contienen un alto índice de grasas saturadas.
Con la ayuda de la medicina y la cirugía estética conseguirás tener ese aspecto que tanto deseas. Pero recuerda que tú también debes poner de tu parte si quieres conservar durante muchos años ese aspecto tan fantástico que logra la cirugía o el tratamiento al que te sometes. En este sentido, llevar una dieta saludable te ayudará a recuperarte mejor y más rápido tras una intervención.
¿Y el ejercicio físico?
También tienes que hacer ejercicio, aunque no hace falta que vayas al gimnasio; basta con que no te pases el día sentado y salgas a caminar, que subas y bajes escaleras sin usar el ascensor, que no cojas el coche para trayectos que puedas hacer andando…
Pero, sobre todo, lo más importante es llevar una alimentación saludable. Habrás escuchado alguna vez eso de que somos lo que comemos, una idea que es completamente cierta porque la alimentación es nuestra fuente de energía y crecimiento. Así que cuanto más sana y equilibrada sea tu dieta, mejor salud tendrás, así como una vida más larga.
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