Los nutricosméticos o nutricéuticos con finalidad cosmética, son los complementos perfectos para aquellos tratamientos estéticos de cuidado y mantenimiento de la piel.
Los tratamientos cosméticos de belleza, realizados en cabina (peelings, hilos, etc.) mantienen la piel hidratada y joven, pero su efecto se realiza solo desde el exterior, a nivel de epidermis. En algunos casos como las infiltraciones mesoterápicas, también trabajamos en el interior de la piel, la dermis, pero a través de la penetración de la piel mediante agujas..
Si además actuamos desde el interior, aportando a través del flujo sanguíneo los nutrientes celulares adecuados, podemos potenciar aún más los beneficios de cualquier tratamiento de belleza.
Por ejemplo: mediante los tratamientos de radiofrecuencia facial, estamos estimulando a los fibroblastos a producir más colágeno, que redunda en una piel más tersa y luminosa, pero si a estos fibroblastos no se les suministra la “materia prima” en forma de aminoácidos esenciales, por mucho que estén estimulados, poco colágeno podrán producir.
Es como si en una construcción tenemos muchos albañiles, pero no disponen de ladrillos: no habrá paredes.
Son aquellos alimentos con propiedad terapéutica. Representarían pués, la frontera entre los alimentos propiamente dichos y los medicamentos.
Aunque son muy numerosos los nutricéuticos con propiedades fisiologícas y terapéuticas, los más promocionados son los que van dirigidos a prevenir las enfermedades cardiovasculares (ácido omega-3, estanoles, ácido linoleico conjugado, aceites de pescado, etc), los que mejoran el sistema inmunitario y la flora intestinal (como yogures, probióticos y prebióticos), los que previenen el cancer (fibras vegetales, antioxidantes y vitaminas), y los fitoestrógenos que previenen las secuelas de la menopausia (sofocos, osteoporosis, cáncer de mama).
Principalmente mediante dos vías:
Los radicales libres atacan a las proteínas estructurales responsables del mantenimiento de la firmeza de la piel. También pueden afectar directamente a los ácidos nucleicos afectando la capacidad de la renovación de las células epiteliales produciendo en definitiva un envejecimiento prematuro de la piel.
Presentes originalmente en aceites de pescado, son esenciales en el mantenimiento de las membranas celulares, el organismo es incapaz de sintetizarlos por sí mismo, por lo que se hace imprescindible su aporte mediante la alimentación, siendo esta a veces insuficiente en su aporte mínimo esencial.
Presentes en algunas frutas y hortalizas, son potentes antioxidantes capaces de neutralizar la reactividad de los radicales libres.
Las principales fuentes naturales de polifenoles son bayas, té, cerveza, uvas y vino (resveratrol), cacao, aceite de oliva, nueces, y otras frutas y vegetales. Sin embargo, las cantidades presentes en estos alimentos, no alcanzarían las dosis mínimas terapéuticas necesarias no tanto para la prevención sino como para el tratamiento del envejecimiento celular, por lo que se haría necesario entonces un suplemento nutricéutico de estos principios.
Como puede deducirse, siempre vamos a encontrar una recomendación para el uso habitual de nutricosméticos y en general para otros nutricéuticos, pero aunque pueden adquirirse en cualquier tienda especializada sin ningún tipo de restricciones, SIEMPRE debería consultarse previamente al médico, ya que su acción a dosis terapéuticas roza la acción farmacológica como si de un medicamente se tratara de tal modo que puede presentar interacciones a veces ignoradas con el uso de otros fármacos que el paciente pudiera estar consumiendo.
Es fundamental la indicación, dosificación y frecuencia adecuada, ya que algunos antioxidantes usados en dosis excesivas, durante un intervalo de tiempo prolongado o en una inadecuada combinación con medicamentos, pueden resultar nocivos para la salud.