Un porcentaje alto de españolas reconoce sufrir problemas con los pies, sobre todo en verano. Se puede hacer mucho para evitarlos.
Los pies los tenemos escondidos durante la mayor parte del año y , lo normal, es que no les prestamos mucha atención, pero al llegar el verano los descubrimos, nos ponemos zapatos más frescos que los dejan al descubierto, y es entonces cuando nos damos cuenta de los problemas que han permanecido tapados durante el invierno.
A los pies los deberíamos prestar atención durante todo el año por varios motivos:
Con la llegada del verano muchas mujeres empezamos a buscar calzado que nos permita estar cómodas y no sufrir las molestias típicas de esta época, como la hinchazón y la aparición de otras lesiones como rozaduras, grietas, dolor en la planta del pie (fascitis).
Uno de los efectos del calor, y quizás el que más sufrimos, es la hinchazón de los pies; esto es debido a la vasodilatación provocada por el aumento de la temperatura, entonces se produce una vasodilatación que incrementa los síntomas de la mala circulación, tales como pesadez, cansancio, pesadez….
En esta época el pie lo solemos llevar descubierto, por lo que está más expuesto a pequeñas lesiones. Son más frecuentas los pequeños golpes en las uñas que pueden hacer que aparezcan hematomas, las rozaduras, las ampollas e incluso que el sol queme el empeine ya que esta es una zona en la que no nos solemos poner protección solar. Otras lesiones frecuentes en verano son la aparición de hongos y los papilomas (verrugas plantares) favorecidas por el aumento de la sudoración.
Las mujeres solemos padecer más problemas de pies que los hombres. Nosotras tendemos a elegir zapatos atendiendo al diseño más que a la comodidad, a diferencia de los hombres que suelen llevar calzado más amplios y más cómodos.
Para evitar o minimizar estos problemas, a parte de acudir al podólogo de forma regular (y no solo en verano), podemos seguir unos consejos del Colegio oficial de podólogos.
Debemos evitar kilos de más, no se nos olvide que los pies son el soporte del peso del cuerpo y cuando hay exceso de peso estos están sometidos a mayor presión y puede aparecer dolor. Tenemos que procurar llevar una dieta equilibrada y baja en grasas, azúcares y sal, que propicia la hinchazón de pies. La práctica del ejercicio aeróbico al menos 3 veces por semana es importante para mantener el peso y si practicamos un deporte de impacto importante sobre los pies, como la carrera, deberemos llevar un calzado especializado y adecuado a nuestra forma del pie.
Otro punto importante es fortalecer la musculatura del pie, a la que generalmente no la hacemos caso, y es importante para que nuestros pies estén fuertes. Con pocos minutos al día son suficientes.
Este ejercicio sirve para fortalecer a parte superior del pie y de los dedos.
Con este movimiento se gana el control sobre los músculos de los dedos. Se puede complicar el movimiento colocando una banda de goma alrededor de los dedos.
Este ejercicio fortalece los músculos de la parte inferior del pie y de los dedos.
Este ejercicio alivia el dolor del arco plantar.
Es importante la elección del calzado en esta época y además vigilar la altura de los tacones.
Si optamos por el uso abusivo de las chanclas tendremos mayor tendencia a las grietas en el talón ya que el contacto con el aire reseca y hay una falta de amortiguación que facilita su aparición. Presencia de rozaduras y ampollas sobre todo en las zonas de roce al principio de usarlas. Al ir muy plana se favorece la inflamación de la planta del pie (fascitis plantar) y las callosidades.
Si optamos por zapatos demasiado altos hay que tener en cuenta que el calzado de verano no recoge el tobillo y al ir altas se pueden torcer más fácilmente. ¡Un esguince nos impide disfrutar del verano!
Si son demasiado altos el peso recae sobre la parte anterior del pie (metatarso) y este se inflama y duele.
Cuando el zapato es más estrecho en la punta facilita que los dedos se deformen favoreciendo el dedo en martillo y los juanetes.
En caso de ampollas se aconseja dejar los pies al descubierto el mayor tiempo posible. IMPORTANTE no reventarlas, ya que se pueden infectar.
Para mejorar estas dos afecciones lo mejor es usa un calzado ancho y que no roce. En caso de su existencia, antes de calzarse hay que tapar la zona lesionada con un apósito
Cuando vayamos a eliminar las durezas lo importante es no abusar ya que estas son una defensa de la piel a las rozaduras, y cuanto más se quita, más sale. El tratamiento clásico es frotar con una piedra pómez, pero en el mercado también hay instrumentos eléctricos que liman sin llegar a pelar. Tras tratarlas hay que insistir en la hidratación para evitar que vuelvan a salir.
Para evitar los hongos en verano es importante secarse bien los pies insistiendo en la zona interdigital, sobre todo después de haber estado en piscina y/o duchas públicas.
En caso de padecer de juanetes ayudará el usar calzado amplio para reducir la fricción de la zona. Si se usan zapatos cerrados, que sean de piel muy suave. A veces esta afección ocurre por estar apoyando mal el pie, por eso un estudio de la pisada es importante y puede mitigar el problema.
No dejemos que los pies impidan disfrutar del verano!!!!