La menopausia es un proceso fisiológico que ocurre en las mujeres entre 45 y 55 años en el 65-70% de los casos, un 25% la tienen antes de los 45 años y un 5-10% después de los 55, tan solo un 1% de las mujeres la tienen antes de los 40. El déficit hormonal provoca una serie de cambios orgánicos entre los que se incluyen un descenso del colágeno cutáneo contribuyendo al envejecimiento.
Algunos tratamientos tópicos como el ácido retinoico, el ácido glicólico y la vitamina C aumentan el colágeno cutáneo.
La menopausia se produce el día en que la mujer pierde su menstruación. La palabra procede el griego cuyo significado es el término de la menstruación. Este momento se retrasa en sociedades más avanzadas y se adelanta donde hay menos avance social. Teniendo en cuenta que la expectativa de vida de la mujer es de 84 años aproximadamente, este periodo menopaúsico corresponde a un tercio de nuestra vida, es importante tener una actitud adecuada tanto psíquica como física. La vida no se nos acaba!.
La piel de la mujer en la menopausia disminuye su funcionalidad, produce menos grasa, menos sudor, reduce la temperatura y aumentando la permeabilidad y reactividad vascular, con mayor tendencia a la vasodilatación, esto último hace que haya una mayor tendencia a la cuperosis.
También se ha visto que la piel de la mujer menopaúsica tiene una mayor tendencia a la manchas y a la hiperpigmentación ante la exposición a la luz ultravioleta en comparación con la mujer premenopaúsica.
El grosor de dermis y epidermis disminuye, al igual que la cantidad de colágeno tanto de tipo I como tipo II y elastina.
Todos estos cambios se han relacionado con el bajo nivel de estrógenos, ya que se han visto una cantidad importante de receptores para estas hormonas en la piel, sobre todo en la piel de la cara.
La piel se vuelve más seca y descamativa, menos elástica con la consiguiente aparición de arrugas, situación que se agrava si nos exponemos o hemos expuesto al sol y fumamos. Las uñas se alteran, se hacen más frágiles (se rompen), aparecen surcos y estrías en su superficie.
El vello y, el pelo en general, sufren cambios debido al desequilibrio estrógenos-andrógenos. Disminuye la densidad de vello axilar y púbico. La duración del ciclo del folículo piloso es cada vez más corto por lo que en la mujer menopaúsica el pelo es cada vez más fino y con menor densidad apareciendo alopecia; en cambio puede aparecer vello en zonas que no son habituales en la mujer como en el bigote y en el mentón.
Es importante mantener las medidas generales de dieta y ejercicio, ambas nos ayudaran a mantener el peso ideal. Una alimentación rica en verduras, frutas, pescados, aceite de oliva es beneficiosa para mantener una piel sana, además nos previene del cáncer de mama y el riesgo de enfermedades cardiovasculares ya que nos está aportando sustancias antioxidantes.
Dentro de estas medidas generales es importante el dejar de fumar. El tabaco es una de las fuentes exógenas más oxidante, además hay sustancias dentro de él que impiden que las hormonas se fijen a los receptores de la piel y hagan su efecto beneficioso (los estrógenos en la piel favorecen la formación de colágeno).
Medidas específicas:
Para la ducha es preferible utilizar geles o jabones suaves y preferiblemente grasos. Y la piel corporal, al igual que la de la cara, requiere su hidratación y nutrición tras el baño por lo que es recomendable el uso de cremas, leches o aceites que hagan esta función.
Estos son ejemplos de algunas moléculas importantes en el tratamiento de la piel.
El éxito de una piel sana a partir de la menopausia es la combinación de todos los cuidados anteriormente expuestos.