Skip to main content

Código de barras , es un término acuñado popularmente para designar a las arrugas del labio superior. Se le denomina así, pues al tratarse de muchas arrugas verticales paralelas, se asemeja a los típicos códigos de barras que se utilizan en las etiquetas de algunos productos para su identificación.

 

Estas arrugas se producen a lo largo del tiempo como consecuencia inherente del envejecimiento, ya que, es el uso repetido del movimiento de fruncir los labios lo que acaba causándolas.

 

Durante mucho tiempo se las denominó «arrugas del fumador», ya que que en estas personas y debido  al gesto de fruncido que se realiza para fumar, se suponía que aparecían dichas arrugas, sin embargo aparecen también en pacientes que nunca han fumado.

El «código de barras», en principio tendría un tratamiento  con neuromoduladores, ya que al fin y al cabo son arrugas por movimiento muscular, lo que ocurre es que puede alterar de algún modo la pronunciación de lagunas sílabas y debe ser aplicado con sumo cuidado. No obstante, aún no tiene autorización legal en ninguna parte del mundo ya que no se han presentado estudios suficientes en cuanto a dosis, técnica, etc.

 

El método más sencillo, menos complicado y legal para tratar el código de barras es la infiltración simple de un material de relleno.

En estos casos debe elegirse un producto elástico de moléculas de pequeño tamaño que consiga elevar la arruga sin dar excesivo volumen al labio. El material ideal es el ácido hialurónico de moléculas pequeñas. Su único inconveniente es la corta durabilidad (entre 6 y 10 meses).

Cuando la arruga se presenta como una ruptura de la epidermis, el relleno es insuficiente e incluso no efectivo y habrá que recurrir a los tratamientos abrasivos de la epidermis.

En función del daño presente, podremos optar por abrasiones suaves y repetidas, o por el contrario si estamos en presencia de un gran daño, recurrir a abrasiones mas profundad con el objeto de “lijar” la piel.

Esto puede obtenerse con productos químicos como el fenol o el ácido tricloroacético, o mediante a dispositivos físicos como la dermoabrasión mecánica o el láser.
Tras una abrasión profunda, habrá una renovación de la epidermis que borre la huella de la arruga, pero antes de ello, hay que pasar por un proceso similar al de una quemadura.

Actualmente también y como tratamiento de inicio, se recurre a la aplicación de productos inductores del colágeno que reparan el envejecimiento de la piel del labio, haciéndola mas elástica y menos proclive a marcar el movimiento muscular, de tal modo que, aunque el músculo se contraiga, no se «transparente» en la piel

Déjanos un comentario

Close Menu